La diferencia es considerada como cualidad y no como factor discriminante
Todas las personas somos diferentes. Cada una con sus posibilidades, con sus limitaciones. Tenemos nuestras diferencias culturales, sociales, nuestros orígenes, nuestra lengua dominante, nuestra historia, nuestra escala de valores, nuestras aspiraciones.
Es algo más amplio que lo referido a grandes diferencias o handicaps (síndromes, deficiencias físicas, motrices,...). Tenemos nuestras formas de ser, nuestras manías, habilidades,... que nos hacen seres únicos.
Sabemos que la diferencia es pluralidad y por lo tanto enriquecimiento. Es sencillamente una cualidad, una determinada forma de ser y queremos que jamás se convierta en factor de discriminación.
La diferencia y la diversidad configuran la comunidad escolar. Diferencia física, psíquica, socio-cultural, económica, lingüística, étnica, de sexo, de pensamiento...). Desde esta concepción la comunidad se plantea la compensación.
Hay que captarla, valorarla y situarse ante ella con unos determinados “previos”, para que sea enriquecedora.
La actitud que genera esa consciencia es el elemento regulador de esa riqueza.
Genera nuevos esquemas conceptuales y actitudinales.
La intencionalidad del individuo y de los grupos puede enriquecerlos o destruirlos.
El tomar conciencia de que la diversidad es enriquecedora ayuda a hacer tuyo algo de los demás, a no tomar lo propio por absoluto. Ayuda a situarse respecto a los demás y a identificarse desde la contrastación.
La Comunidad escolar está abierta al interculturalismo. De manera que cada miembro a través de una interacción-información, sin prejuicios, adquiera por un lado, una mentalidad abierta, tolerante, asimilativa, hacia las distintas culturas (minoritarias -mayoritarias) y por otra, unos recursos que dada la movilidad de nuestra sociedad le sirvan para desenvolverse en diferentes modelos culturales. Esta concepción la situamos en la base de un mejor entendimiento entre los pueblos
El criterio de pluralidad y de convivir las diferencias está en la base de nuestra estructura organizativa.
Buscamos la pluralidad. Intencionadamente ponemos en contacto las diferencias: en la organización del profesorado, del alumnado, en las fuentes de información, en los recursos, etc.
Fomentamos desde la sensibilidad la captación de las diferencias individuales, sacándolas del estereotipo grupal. La persona está por encima de los grupos.